martes, 27 de septiembre de 2011

Por fin en Cáceres.

No me da el aire en la cara, no huelo a sal marina, no corre esa brisa fresca que evita que te acalores... Sí señores, ya no estoy en Chiclana, ya no estoy en Cádiz. Me doy cuenta ahora del aprecio que le tengo a sus cosas, a sus costumbres, a sus gentes y a sus playas.

Aterricé ayer en Cáceres (Extremadura) para estudiar Veterinaria y me queda para rato aquí. Ya han llegado las primeras novatadas y aunque no agradan todas hay que joderse y aguantarlas.

Aquí no corre viento y hace 34ºC por la noche. Jamás imaginaría que tendría tanto apego a mi tierra, pero al fin y al cabo es normal.





Pero lo que mas echo de menos es a tí.